APRENDER A VIVIR A OSCURAS.

 

72

Hay que aprender a vivir a oscuras, para no confundir el color del cielo, para reconocer los dibujos de las estrellas y para sentir la falta de las luces de neón.

Hay que aprender a vivir a oscuras para revivir el tacto y para esquivar las patas de las sillas y de los sofás: objetos oscuros que la noche deforma a su acomodo.

Hay que aprender a vivir a oscuras, para arroparse con los recuerdos y para navegar por los recodos de las arterias y de las venas que la sangre vuelve secretos, transgresiones sublimes, benevolencias, azares del destino, trazos de la cotidianidad.

Hay que aprender a vivir a oscuras, para sentir el lado humano.

Pero la oscuridad de afuera sólo se soporta cuando hay claridad por dentro: la mayoría de los hombres viven temerosos, confusos, absurdos, a oscuras. Y es aquí cuando la oscuridad se vuelve cueva y es aquí cuando la oscuridad se vuelve más oscura.

MAVE.

Nota: Texto tomado del periódico El Espectador, publicado en 1995, durante el racionamiento de energía eléctrica que hubo en Colombia debido a la sequía. Después de quince años y en otra geografía este texto mantiene su vigencia. La autora, Mave, era quien escribía el tarot diario en ese medio.

Escultura:  Elsa Sanguino. 2004

Fotografía: Eugenio Miranda

Comentarios

Entradas populares